Me desperté sobresaltada, nunca me había pasado nada igual. Había tenido el sueño más real y fascinante de toda mi vida, deseé que hubiera sido real. Era demasiado pronto para levantarse de la cama y no podría volverme a dormir después de aquel sueño, así que decidí escuchar un poco de música, little things.
Empecé a vestirme para ir al colegio, era miércoles así que a primera hora tocaba matemática. No podía llegar tarde el sr. Charls me había dado demasiadas oportunidades. Llegue corriendo al colegio, justo a tiempo. Mis amigas me esperaban fuera de clase. Estuve todo el día pensando en el chico con el que había soñado esta noche. Nunca lo había visto, era moreno con rasgos árabes, una sonrisa capaz de iluminar una habitación entera y unos ojos de color miel, oscuros y claros a la vez.
Salí del colegio, fue un día un poco duro, era época de exámenes y me había pasado toda la semana estudiando. Lo bueno fue que mis amigas me avisaron de una fiesta que daba la chica más popular del curso, y a la que estábamos invitadas. Esa fiesta iba a ser legendaria, ya que la casa de Amy era enorme y tenía piscina interior. No me pensaba perder ese fiestón.
Llegué a casa, deje las cosas en la entrada y fui directa a la cocina, donde estaban mis padres.
-Hola cariño ¿Qué tal en el colegio?¿Los exámenes bien?- me saludó mi madre.
-Sí, todo muy bien, me he quedado muy contenta, creo que aprobaré todo.-respondí.
-Me alegro hija. Y lo demás ¿Todo bien?
-Sí mamá, oye una cosa, ya que voy tan bien en el instituto... Ya sabes que Amy dará una fiesta el sábado que viene y eso...
-Mira hija, sabes que los sábados vamos a casa de tu abuela a comer, y no le vamos a hacer ese feo, que es tu abuela.
-¡Pero mamá!¡Para una cosa que te pido! Sabes que voy muy bien en los estudios y que el alcohol no me va nada... Puedo ir a casa de la abuela, la fiesta es a las nueve.-protesté yo.
-No me fío nada de la chica esa, Amy. Sus padres no suelen estar en casa y a saber lo que hará ella sola en casa... Y no hay más que hablar, he dicho que no, y punto.
-Vale ¿Pero al menos puedo ir a casa de Adrianne a dormir?-era la última opción que me quedaba.
-Eso sí, hija. Mejor céntrate en tus amigas de siempre.
-Bueno mamá, me voy a mi habitación.
-Claro____.
Me desperté, y me di cuenta de que había vuelto a soñar con el mismo chico del día anterior. De pensar todo el día en él, llegué a no poder pasar ni un segundo sin pensar en él. Mi fascinación se convirtió en obsesión. Iba por las calles de Norwich buscándolo. No podía vivir sin él.
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